Igual que el de AMLO, el proyecto de Claudia es para concentrar el poder
Leo Zuckermann
Se acabó la espera. Por fin
habló Sheinbaum de lo que quiere hacer si gana la Presidencia.
Adiós a los exégetas de la candidata morenista que tanto abundaban. Es muy
claro: Claudia ha retomado punto por punto lo que ha venido
proponiendo AMLO, es decir, un proyecto político para concentrar el
poder en México.
Algunas de las propuestas las
mencionó Sheinbaum en su discurso de arranque de campaña en el
Zócalo capitalino.
Como AMLO, Claudia quiere
“la elección de los consejeros electorales y los magistrados, por voto
popular”. Esto, que suena muy democrático, en realidad politizaría y
partidarizaría más al Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Los aspirantes a dirigir
estos órganos, obligados a conseguir el voto popular, quedarían a merced de los
partidos, que son los que tienen el poder de la movilización electoral. Y, hoy
por hoy, el partido más fuerte de todos es Morena, que fácilmente se quedaría
con una mayoría de consejeros y magistrados controlando, así, los órganos
electorales. Adiós, entonces, a su independencia.
Como AMLO, Claudia propone
“que los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial sean electos por el
pueblo”. Otra vez, suena muy democrático. No lo es.
Sólo en un país, Bolivia, se
elige directamente a los ministros de la Suprema Corte. El resultado ha sido
que estos jueces le deben su puesto a los partidos que los apoyaron en las
elecciones. No es gratuito que los ministros elegidos durante el periodo de Evo
Morales como presidente hayan votado para admitir la reelección
presidencial cuando la Constitución claramente la prohibía.
Al igual que los consejeros y
magistrados electorales, dejar que los votantes elijan a los jueces hace que
éstos sentencien más por sus intereses políticos y los caprichos de las
mayorías. La ley pasa a un tercer plano. Una vez más, siendo Morena el partido
hegemónico, su maquinaria se encargaría de apoyar a sus candidatos judiciales,
lo cual terminaría por dinamitar la autonomía de este Poder para ponerla al
servicio del gran jefe morenista, ya sea la próxima presidenta o el líder
“retirado” en su rancho.
En el documento Cien pasos
para la transformación aparecen más detalles que los dados a conocer en el
discurso de Sheinbaum.
Como AMLO, Claudia quiere
desaparecer los órganos autónomos del Estado.
La Cofece pasaría a la
Secretaría de Economía. Ergo, la presidenta tendría el gran poder
de negociación con los monopolistas y oligopolistas que abundan en este país.
Las funciones del IFT pasarían a la Secretaría de Infraestructura,
Comunicaciones y Transportes. El ingeniero Slim ya no tendría
que preocuparse por la regulación de un órgano autónomo. Ahora se arreglaría,
como sólo él sabe hacer, con el inquilino en turno de Palacio.
El Inai desaparecería. La
transparencia del gobierno federal pasaría a la secretaría de la Función
Pública. Ya podemos imaginar dónde terminará este autocontrol por parte del
Ejecutivo.
Adiós a la Comisión Nacional
de Hidrocarburos y la Comisión Reguladora de Energía, que pasarían a la
Secretaría de Energía. Ningún contrapeso tendría la presidenta en esta materia.
Como AMLO, Claudia pretende
“establecer como umbral mínimo de participación requerida el 30% de la lista
nominal en las consultas populares para que sus resultados sean vinculatorios.
Además, se homologa la fecha de realización de la revocación (de mandato), así
como la consulta popular, al mismo día de las elecciones ordinarias federales”.
Como AMLO, Claudia quiere
eliminar “200 diputados federales plurinominales y 64 senadores”. Con un
Congreso plenamente uninominal, Morena tendría una sobrerrepresentación tan
amplia que fácilmente podría reformar la Constitución.
En conclusión, quieren todo el
poder.
El control absoluto,
supermayoritario, sin contrapesos, del Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El
dominio sobre el INE y TEPJF. La desaparición de los órganos autónomos del
Estado para pasar sus funciones al Ejecutivo federal. La posibilidad de tomar
decisiones fundamentales por medio de consultas populares con una votación
raquítica del 30% del electorado. La facultad de remover a un Presidente con
este mismo porcentaje mínimo de votación. Y el enorme poder de reformar la
Constitución a su antojo.
No más exégesis sobre Claudia.
Su proyecto es el mismo de AMLO. Aspiran a concentrar el poder. Que
no nos vengan a vender que ella tendrá un sello propio. Los planos del segundo
piso de la Cuarta Transformación los ha diseñado López Obrador. Sheinbaum se
encargará de ejecutarlos.
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