PUTIN AL RESCATE
En vista de
que las grandes farmacéuticas occidentales no han podido cumplir con su
compromiso de distribuir las vacunas contra el coronavirus en varios países,
entre ellos México, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) buscó el
apoyo de Rusia, para que le proporcione la vacuna Sputnik V, que desarrolló el
Instituto Gamaleya.
Y es que el
presidente de México se ha comprometido a que se inmunizarán a 16 millones de
adultos mayores antes del 1º de abril. Hasta ahora ha sido el personal del
sector salud el único que ha recibido la vacuna, y que constituye apenas el
0.5% de la población total, por lo que comprometerse a vacunar a una cantidad
tan alta de ciudadanos en sólo dos meses, parece un objetivo muy difícil de
alcanzar.
Apenas ayer
la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) dio su
autorización para que la Sptunik V pueda ser utilizada en el país. No parece
coincidencia que la aprobación se diera al mismo tiempo que la revista médica The
Lancet[1] avalara finalmente a la
vacuna rusa, afirmando que tiene una eficacia del 92%.
Los
amaestrados medios de comunicación occidentales estuvieron poniendo en duda la
eficacia de la vacuna rusa, como parte de la permanente campaña rusófoba, que
tiene por objetivo derrocar a Putin y regresar a Rusia a su estatus de
república bananera, al que la condenaron Estados Unidos y Europa Occidental
después de la desaparición de la URSS, con la gran ayuda del dipsómano Boris
Yeltsin.
Pero a
principios del siglo XXI llegó Putin a poner orden, a encarcelar o echar del
país a los oligarcas aliados a Occidente que saquearon Rusia, y a regresar a
este país a nivel de potencia en el escenario mundial, lo que, por supuesto no
gustó, ni gusta a las élites occidentales que están obsesionadas con sacar a Putin
del poder y volver de nuevo a Rusia a la edad de piedra.
En México, el
“hijo adoptivo” de George Soros, el foxista Jorge G. Castañeda, todavía ponía
en duda la eficacia de la vacuna Sputnik V, en el programa de televisión que
dirige el neoliberal Leo Zuckerman, señalando que al ser Rusia “una dictadura”,
no había forma de saber si la vacuna era realmente una vacuna o “sólo agua”.
Pues bien, The Lancet, revista británica de medicina y ciencia, y que es
considerada una de las “biblias” de la medicina en el mundo, ratificó los resultados
que, desde fines del año pasado, las autoridades rusas habían dado sobre la eficacia
de la vacuna.
Pero por
supuesto, todo lo que venga de Rusia, China, Irán, Cuba, Venezuela, Siria,
Corea del Norte, los palestinos y ahora también Bielorrusia, es considerado
como anatema para las domesticadas y desinformadas masas de Occidente, que sólo
deben seguir las directrices de Washington, Londres, Paris, Berlín y Tel Aviv.
Ahora
quieren boicotear a Rusia por la condena del “Guaidó ruso”, Alexei Navalny,
otro invento de Occidente para tratar de tirar a Putin, quien sigue teniendo el
apoyo de las 2/3 partes de los rusos[2], y que cada vez se hartan
más de que los medios de comunicación europeos, estadounidenses y de otros
países vasallos de estos, ataquen por todo a Rusia, que además es continuamente
“sancionada” en todos los ámbitos del quehacer internacional (economía,
política, deportes, etc.).
Por lo
pronto, qué bueno que AMLO acudió a Putin para intentar resolver el problema de
la vacunación, y no esperó a que le dieran el visto bueno de Washington que, en
todo caso, no ha alzado la mano para ayudar a los países menos desarrollados en
esta materia, a diferencia de China que ya comprometió 10 millones de vacunas
para el mecanismo Covax de las Naciones Unidas, para proporcionar vacunas a los
países que no cuentan con recursos suficientes para comprarlas.
Esperemos
que la política exterior mexicana mantenga esas líneas de cooperación y
comunicación abiertas con Moscú, Pekín, la Unión Europea, la India, etc., para
evitar que Estados Unidos defina completamente los alcances y las posibilidades
de nuestro país en el escenario internacional.
El caso
Cienfuegos debió abrir los ojos en Palacio Nacional y en la cancillería sobre
el peligro que existe en confiar plenamente en Estados Unidos, y en el riesgo
que existe en encerrarse en esa relación, pues ello disminuye dramáticamente el
margen de maniobra de un país que, todavía, se considera soberano.
[1]
https://www.unotv.com/ciencia-y-tecnologia/que-es-the-lancet-revista-que-publico-datos-sobre-vacuna-sputnik-v/
[2]
https://www.levada.ru/en/ratings/
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