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Zapata

miércoles, 29 de abril de 2015

El Factor López Obrador

¿Por qué la derecha, los oligarcas depredadores y los medios de comunicación manejados por ellos, así como la subclase política priísta siguen con tanto interés y tan detalladamente cada paso, dicho o propuesta que hace el dos veces candidato presidencial por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y ahora fundador del nuevo partido de izquierda Movimiento de Regeneración Nacional (Morena)?
Un día sí y otro también, los “francotiradores” de los grupos empresariales y de la subclase política del país se lanzan contra Andrés Manuel López Obrador (AMLO), por cualquier cosa que diga o haga. Ahí está por ejemplo Ricardo Alemán en El Universal, vinculando la posible desaparición del diario La Jornada (por problemas económicos, debido al retiro de publicidad de parte de empresas y gobierno, como castigo por su postura crítica al modelo económico y político actual), a su apoyo a López Obrador en las campañas presidenciales del 2006 y el 2012. O Ciro Gómez Leyva en el mismo periódico, señalando que en la entrevista que dio López Obrador a Jacobo Zabludovski, se denota su verdadero talante, pues se compara con Gandhi, Mandela o Luther King. Ambos periodistas están vinculados a Televisa, la principal detractora de la Izquierda mexicana en general.
Así también, el supuesto politólogo José Antonio Crespo no pierde oportunidad para criticar a AMLO y a su nuevo partido, calificándolo como “mesiánico” y alejado de la realidad (Crespo ha hecho su carrera de “analista independiente”, cobrando desde posiciones que dependen del gobierno federal).
Después de que una vez más, como en 2006, AMLO fue derrotado con una serie de prácticas fraudulentas en las elecciones presidenciales del 2012, la mayoría de sus críticos lo dieron “por muerto”, y casi se cumplió su profecía, pues al siguiente año López Obrador sufrió un infarto, con lo que sus detractores consideraron que ya no jugaría más un papel protagónico en la vida política nacional.
Sin embargo, el año pasado el Movimiento de Regeneración Nacional salió a flote, y logró su registro como partido político, con el liderazgo de López Obrador. Los oligarcas, sus medios de comunicación, el PRI, PAN, PVEM y el mismo PRD vaticinaron que Morena sería un fracaso y sólo reflejaría la caída de López Obrador en las preferencias del electorado.
Si tal fuera el caso, no se entiende porqué todos los partidos tradicionales y los medios de comunicación de la oligarquía le ponen tanta atención a un partido político que no tiene posibilidades de permanecer y eventualmente de crecer en el escenario político del país.
La realidad es que le tienen un enorme temor a AMLO y a su partido, porque este político ha sido el único que desde hace 25 años ha señalado que la actual política económica neoliberal y la corrupción e impunidad que pudren al sistema político mexicano, llevarían al país a una situación de crisis.
Obviamente los grupos económicos y políticos que se han enriquecido obscenamente con este sistema económico depredador y con la corrupción política, no están dispuestos a permitir que llegue a la presidencia de la República alguien que pretenda cambiar, así sea mínimamente, esta situación de privilegio para ellos.
De ahí que, como lo hicieron en su momento contra Cuauhtémoc Cárdenas, fundador del PRD y tres veces candidato presidencial por la izquierda mexicana, la derecha política, los oligarcas, los grupos del crimen organizado asociados a ellos y las empresas trasnacionales (así como el gobierno de Estados Unidos), se han dedicado a acorralar y demonizar mediática y políticamente a AMLO, con objeto de evitar que ponga en peligro el proyecto de depredación-explotación “ad infinitum” que las “élites” económicas y políticas tienen planteado para México.
Pero un momento, los críticos de López Obrador afirman que no es un político distinto, que es como todos los demás: corrupto, ineficiente, mentiroso.
Ponen como ejemplo que en su paso por el gobierno del Distrito Federal (2000-2005), fue encarcelado su Secretario de Finanzas por desvío de recursos públicos y su entonces secretario particular fue captado en videos recibiendo dinero de un empresario argentino. Así también, se señala que López Obrador fue el principal apoyo de Lázaro Mazón para llegar a la Secretaría de Salud del gobierno de Guerrero, desde donde este político apoyó la llegada como alcalde de Iguala a José Luis Abarca, principal responsable de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Y todo ello es cierto. Entonces, si AMLO es tan corrupto como los políticos del Partido Verde (que son considerados los más corruptos de todos, y eso ya es decir), o del PRI, PAN o PRD, ¿por qué se considera desde las cúpulas políticas y económicas que es “un peligro para México”, como lo calificaron en la elección presidencial del 2006? ¿Qué no a esas cúpulas les convienen esos políticos corruptos, abusivos e ineficientes, pues así pueden ser manejados y comprados como mejor les convenga? ¿Si AMLO es “igual a los demás”, entonces cuál es el temor?
¿No será que una parte no despreciable del electorado, después de ver el desastre que han ocasionado al país el PAN (doce años nefastos en la presidencia, del 2000 al 2012), y ahora el PRI nuevamente, con Peña Nieto, está pensando que AMLO podría ser una alternativa, si no la mejor, sí la menos mala para el 2018? Sobre todo ante el derrumbe que ha experimentado el PRD, precisamente por haber decidido apoyar varias de las reformas impulsadas por Peña Nieto, que han puesto al país de rodillas ante el capital trasnacional y la oligarquía local, lo cual provocó la salida de dirigentes históricos de ese partido, como Cuauhtémoc Cárdenas y el propio López Obrador.
Así, el objetivo es destruir cualquier tipo de resistencia social (maestros disidentes, estudiantes normalistas), política (Morena) o mediática (periódico La Jornada; despido de la periodista Carmen Aristegui de MVS Radio, a raíz del reportaje sobre la “casa blanca” de 7 millones de dólares, de la esposa de Peña Nieto) al modelo económico depredador que ha sido impuesto en el país desde hace 30 años y que se encuentra en su etapa de consolidación.
Pero el gobierno federal, los oligarcas y el gobierno de Estados Unidos saben que la población mexicana puede llegar a reaccionar violentamente cuando se vea despojada de sus tierras y aguas para la explotación indiscriminada de hidrocarburos (reforma energética de Peña), por parte de las trasnacionales; o cuando se contaminen miles de hectáreas del país debido a la técnica del fracking (ya 20 estados de Estados Unidos han prohibido esta técnica, mientras que aquí se le ha dado vía libre en todo el territorio nacional); o cuando se privatice la explotación y distribución de agua para consumo humano (nueva Ley de Aguas que está “en estudio” en la Cámara de Diputados); o se disparen los precios de la electricidad, cuando entren las empresas trasnacionales a abastecer de fluido eléctrico a los hogares mexicanos; etc.
De ahí que se ha fortalecido el aparato represivo con la compra de vehículos y armamento a Estados Unidos por casi 1200 millones de dólares (vehículos y helicópteros de transporte de tropas y de combate), y se van a comprar aviones y helicópteros para la Fuerza Aérea Mexicana y la Marina.
En suma, el gobierno mexicano se prepara ya para una guerra, y no precisamente contra los miembros del crimen organizado, que en la realidad son sus socios -ahí están las pruebas en video, de que el hijo del ex gobernador de Michoacán hacía tratos cotidianos con el jefe del cártel de “Los Caballeros Templarios”, Servando Gómez; está el caso de Guerrero en donde el exgobernador Angel Aguirre protegió al cártel de “Guerreros Unidos”, junto con el presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca: ahí está el caso del cartel de los Beltrán Leyva que fue protegido por el ex secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, quien estalló en ira cuando los marinos mataron a Arturo Beltrán Leyva en Cuernavaca; ahí está el caso de Tamaulipas en donde el gobernador Egidio Torre Cantú es un cero a la izquierda, pues son los cárteles del Golfo y los Zetas y el gobierno federal los que se pelean la plaza; etc.
La guerra es contra aquellos sectores de la sociedad mexicana que estén en contra del modelo depredador y corruptor establecido en México. Y uno de esos opositores a dicho modelo es AMLO, por lo que los ataques contra él y su partido no sólo continuarán, sino que se intensificarán en los próximos meses; sobre todo si Morena logra un posicionamiento político importante en las elecciones intermedias del próximo 7 de junio.


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