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Zapata

jueves, 22 de enero de 2015

EL VERDADERO JEFE

Después del triunfalista discurso de Barack Obama ante el Congreso de Estados Unidos y sus propuestas en materia económica, era de esperar que en los medios de comunicación de ese país se estuvieran discutiendo a fondo estos tópicos, que tienen mucho que ver con la vida cotidiana del estadounidense común (más impuestos a los ricos para financiar cuidado de hijos en los lugares de trabajo; aumento del salario mínimo; aprobación de los tratados comerciales y de inversión con Europa y países de la Cuenca del Pacífico; más inversión en infraestructura, etc.).

Sin embargo, ¿cuál es el tema que acapara la atención de los medios estadounidenses y en especial de la mayoría republicana en el Congreso? El tema es ¡IRAN! Sí, Irán, porque Obama ha insistido en que aprobar más sanciones económicas contra este país sería contraproducente, en momentos en que las negociaciones para limitar su capacidad nuclear y evitar así que pueda fabricar armas atómicas, están muy avanzadas.

El todo poderoso lobby pro Israel de Estados Unidos (que controla gran parte de los medios de comunicación de ese país), bajo las directrices del Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha iniciado una campaña histérica contra Irán, afirmando que no se le debe hacer ninguna concesión en las negociaciones, que son unos "radicales", que no desean realmente ningún acuerdo; que están "engañando" a Obama; y, por lo tanto lo mejor sería ni siquiera negociar con los iraníes, sino aumentar la presión económica, política y militar. En suma, toda la narrativa que Netanyahu y su partido el Likud ( y buena parte del establecimiento político israelí) ha mantenido durante 30 años.

Según esto, los "ayatollahs" iraníes están dispuestos a fabricar armas nucleares con el sólo objetivo de lanzarlas sobre Israel, y eso lo harían porque odian a los judíos, al Estado de Israel y porque son anti-semitas.

Ahora resulta que esos "ayatollahs" que se tardaron 25 años en derrocar al títere que Estados Unidos y Gran Bretaña tenían al frente de Irán, el sha Rezha Pahlevi; y que los últimos 35 años han resistido un bloqueo económico de parte de Occidente y hasta una guerra instigada contra ellos, que duró 8 largos y desgastantes años (iniciada por Saddam Hussein, entonces aliado de Estados Unidos y a quien se le encomendó desangrar a Irán), estarían dispuestos a lanzar todo por la borda, con tal de arrojar una o dos bombas atómicas sobre Israel. La respuesta de Occidente y de Tel Aviv sería la destrucción completa de Irán por parte de Estados Unidos y del mismo Israel (país que es la verdadera amenaza en Medio Oriente, pues es el único que cuenta con armas nucleares, y no está monitoreado o supervisado por ninguna instancia internacional, como la Agencia Internacional de la Energía Atómica, que en cambio mantiene una vigilancia permanente sobre las instalaciones iraníes, que están enfocadas a uso civil), que es la tercera potencia en materia de armamento nuclear, sólo detrás de Rusia y Estados Unidos, e incluso por encima de China.

El verdadero temor de Netanyahu y los "halcones" israelíes es que Irán, al romper el bloqueo económico que ha limitado sus capacidades de desarrollo, se convierta en una potencia aún más relevante en el Medio Oriente, considerando que es un país con recursos naturales abundantes (especialmente el petróleo), población con mejor nivel educativo que otros países de la región, un ejército que se ha modernizado y un liderazgo político con objetivos claros y que no está subordinado a Occidente ni a Tel Aviv. Todo ello, por supuesto que pondría en riesgo la hegemonía israelí sobre la región y mantendría un contrapeso al que sería muy difícil eliminar, a no ser que se iniciara una nueva guerra en la que Israel, como lo hizo en el caso de Irak, utilice a Occidente para eliminar a uno de sus competidores en esta atribulada región del mundo.

Irán ha podido aguantar las sanciones económicas, la guerra contra Irak, los ataques cibernéticos contra sus instalaciones nucleares, los asesinatos de científicos y de miembros relevantes de sus servicios de inteligencia, por parte del Mossad israelí, y ahora el ataque concertado entre Estados Unidos y Arabia Saudita, para mantener deprimidos los precios del petróleo, y así afectar las finanzas de Irán y Rusia, vistos ahora por Washington y Tel Aviv como sus enemigos mortales.

Así también, Irán y Rusia, con su apoyo a Bashar el Assad en Siria, han obstaculizado la estrategia de estadounidenses e israelíes destinada a mantener en el caos al Medio Oriente, con el claro objetivo de debilitar a todos los países que Israel considere que ponen en peligro su hegemonía, para lo cual es preferible instigar guerras civiles, "jihadismo radical", disputas entre sunnitas y chiítas, etc. que tener a países fuertes, unificados y desarrollados, que seguramente se opondrían al objetivo israelí de crear el "Gran Israel", apropiándose de todas las tierras  palestinas, y expulsando a esa población hacia Jordania. 

Si bien Obama ha sido el títere de Wall Street estos años; está llevando a cabo una campaña de hostigamiento contra Rusia y ha mantenido buena parte de los elementos de la estrategia elaborada por los neoconservadores en el tema del terrorismo; aún no ha podido ser convencido, ni obligado a iniciar una nueva guerra contra Siria e Irán, que es un punto primordial de la agenda de los "halcones" neconservadores estadounidenses, y especialmente de Benjamín Netanyahu y su gobierno.

De ahí que el lobby pro Israel y los neconservadores que ahora dominan nuevamente el Congreso, han decidido humillar a Obama y hacerle ver claramente que el VERDADERO JEFE DE ESTADOS UNIDOS EN MATERIA DE SEGURIDAD NACIONAL ES BENJAMIN NETANYAHU. Y por eso, saltándose todo protocolo y los usos normales entre los países, en donde son los poderes ejecutivos los que invitan a sus pares a visitar el país, ha sido ahora el líder de la Cámara de Diputados, el republicano John Boehner el que ha invitado a Netanyahu a hablar ante el Congreso (la última vez que estuvo ahí lo ovacionaron 29 veces, más que a cualquier presidente estadounidense) sobre IRAN.

Queda claro así que el lobby pro Israel no sólo domina los medios de comunicación de Estados Unidos (así como la Reserva Federal y buena parte de Wall Street), sino que también ha decidido demostrarle a los estadounidenses ( y al mundo), que el Congreso de ese país sólo es un instrumento del poder de Tel Aviv y no representa a los estadounidenses, sino a Israel.

Cada año el Congreso aprueba una partida de 3000 millones de dólares para Israel, que no tiene que ser reembolsada; adicionalmente se han aprobado cientos de millones de dólares extra para reaprovisionar los arsenales israelíes (incluso en plena agresión contra los palestinos de Gaza, el año pasado) y para fabricar y mantener en operación el llamado Iron Dome, que es la defensa israelí contra los cohetes artesanales que lanza Hamas a su territorio.

Israel es el único país por el que el Congreso de Estados Unidos aprobó una ley que lo designa aliado estratégico (ni siquiera Gran Bretaña o Canadá tienen ese status), y todo ello lo han logrado comprando a diputados y senadores estadounidenses, que reciben generosas contribuciones para sus campañas de parte de los "Political action comittees" (PACs), creados por el lobby pro Israel, y con el apoyo que reciben de los grandes medios de comunicación manejados por miembros de dicho lobby, que premian a quienes apoyan a Israel, y castigan con todo a quienes lo critican (incluidos periodistas que se atreven a ello, como Rick Sánchez y Tom Clancy de CNN, que fueron corridos por expresar criticas a los "amos" israelíes).

Veremos si Obama puede aguantar la presión y continua con las negociaciones con Irán, y sobre todo mantiene su promesa de vetar nuevas sanciones que apruebe el Congreso, en tanto no terminen la negociaciones.

Pero por lo pronto, ya se vio quien es el Verdadero Jefe de los congresistas estadounidenses: es Benjamín Netanyahu.


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