CRISIS DEL ESTADO MEXICANO
El Caso Ayotzinapa
Por Rolando Garrido Romo
El pasado domingo 26 de octubre se cumplió un mes de la
desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl
Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, México,
que aquella trágica noche del 26 de septiembre pasado fueron atacados
por la policía municipal de Iguala y un grupo de sicarios del cártel Guerreros Unidos.
Apenas el 22 de Octubre, la Procuraduría General de la
República dio a conocer que ya se emitió orden de aprehensión contra el
presidente municipal de Iguala (que tiene licencia del cargo), José Luis
Abarca; su esposa María de los Angeles Pineda Villa y el ex director de
seguridad pública municipal, Felipe Flores Velásquez, acusados de haber sido
los autores intelectuales del ataque a los estudiantes, y de la entrega de los
43 desaparecidos al crimen organizado[1].
El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto se tardó 10
días en reaccionar después del ataque y desaparición de los estudiantes,
intentando responsabilizar de la situación únicamente al gobierno del estado,
encabezado entonces por el gobernador Angel Aguirre, quien ya se separó del
cargo; en su lugar el congreso local
nombró el pasado 27 de octubre, como gobernador sustituto a Rogelio Ortega
Martínez, que fungía como secretario general de la Universidad Autónoma de
Guerrero.
El Estado Mexicano está en crisis a raíz de esta situación,
pues no sólo se ha mostrado la descomposición de las instituciones
gubernamentales, en los tres niveles de gobierno (municipal, estatal y
federal), al estar involucradas en distinto grado con organizaciones del crimen
organizado, sino también el desprecio de esas mismas autoridades y de una parte
de la sociedad (la más privilegiada) hacia la suerte que corren los mexicanos
más excluidos y olvidados, como lo han sido por muchas décadas los estudiantes
de las escuelas rurales, que vienen de los pueblos y rancherías más pobres y
apartadas de la geografía nacional.
Ha sido la presión de organizaciones[2]
populares, estudiantiles, magisteriales y campesinas, así como de instancias
internacionales[3] lo
que ha obligado al gobierno federal a reconocer el tamaño del problema, por lo
que ha ordenado a las fuerzas federales tomar 12 municipios del estado de Guerrero
(y uno del Estado de México), en donde los cárteles del narcotráfico controlan
a las policías locales.
Peña Nieto se vio obligado a recibir el 30 de Octubre, a los
padres de los estudiantes desaparecidos, en una reunión que duró más de 5
horas, después de lo cual el presidente se comprometió a “redoblar esfuerzos”
en la búsqueda de los estudiantes y se creó (burocráticamente) una “comisión
mixta”, formada por funcionarios y padres de familia, para dar seguimiento a
los “avances de las investigaciones”.
Por su parte, los padres de los estudiantes señalaron a la
prensa que no confían en el gobierno, le exigieron que no busquen a sus hijos
en fosas clandestinas y “basureros”, pues en los últimos días se acaba de encontrar
otra fosa común en un basurero del municipio de Cocula, en donde hay más
cadáveres; y que se concentren en buscar a sus hijos, que ellos creen aún están
vivos; aunque el gobernador sustituto, Rogelio Ortega ya advirtió que hay que
prepararse “para lo peor[4]”.
Asimismo, los padres de los estudiantes han reiterado que
cuando se hagan exámenes forenses y de ADN a los cadáveres que se vayan
encontrando en toda la geografía del estado de Guerrero (hasta ahora se han
encontrado 38 cuerpos), ellos sólo le creerán a los forenses argentinos
(quienes participaron en la identificación de cuerpos en las fosas encontradas
en Argentina, a raíz de la guerra sucia en
dicho país) que los están apoyando y que coadyuvan en la investigación, y no a
los que practiquen las autoridades federales o estatales.
Estas acciones tardías del gobierno federal han sido
recurrentes en los últimos años en diferentes estados de la República Mexicana
(Michoacán, Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Estado de México, Morelos, Sinaloa, Baja California) desde hace
años, pues en todas ellas las fuerzas armadas y la Policía Federal han tomado
el control de varios municipios y han tenido que sustituir por largos períodos
de tiempo a las policías locales, debido al control que las organizaciones
criminales ejercen sobre autoridades y policías (o por la complicidad y
asociación entre unos y otros).
Esta captura de las instituciones estatales por parte de
organizaciones criminales, coincide con un crecimiento desmesurado del aparato
de seguridad del Estado Mexicano, que supuestamente tiene su explicación en la
“Guerra contra el Narcotráfico”, iniciada por el gobierno de Felipe Calderón
(2006-2012), que no sólo resultó en un sonoro fracaso, pues como se constata
hasta la fecha, el crimen y la violencia en el país se siguen incrementando[5];
sino que llevó a que dicho aparato de seguridad sirviera sólo para proteger los
intereses del gobierno y de un segmento de la población, identificados
con la política de puertas abiertas para el capital transnacional, de rapiña del
erario público y de devastación de los recursos naturales del país.
Esto es, el aparato de seguridad ha servido para defender las
relaciones de complicidad y la corrupción de una casta política cada vez más
apartada de las necesidades de la población; y para proteger los intereses de
grandes corporaciones y empresarios enriquecidos a través de sus estrechas
relaciones con el funcionariado público[6],
lo que ha generado un aumento de la pobreza y la exclusión en el país, y por lo
mismo, ha dejado indefensa a la mayoría de la sociedad ante estas asociaciones
mafiosas entre gobernantes-policías-narcotraficantes, que acaban oprimiendo y
explotando aún más a la mayoría de los mexicanos.
Los estudiantes y los maestros están a la vanguardia de las
protestas contra este modelo depredador y excluyente, y es por esto que están
siendo el blanco de agresiones continuas de parte del aparato estatal[7],
lo que seguramente va a ir generando más y más descontento en amplios sectores
sociales.
El gobierno de Peña Nieto ha querido presumir en el exterior
sus reformas “estructurales” en materia de energía (entrada de capital privado
nacional y extranjero a la explotación de hidrocarburos), de telecomunicaciones
(más privilegios y protección al duopolio televisivo de Televisa y TV Azteca),
financiera (más facultades a los bancos para cobrar deudas), educativa
(acotamiento de los derechos de los maestros de escuelas públicas y mayor
control sobre sus organizaciones sindicales) y laboral (disminución drástica de
los derechos laborales de trabajadores y sindicatos), pero la crisis de su
modelo se está evidenciando a través del fracaso de su estrategia (y de las
anteriores) en materia de seguridad y justicia, pues están diseñadas sólo para
proteger los intereses de los poderosos y criminalizar la protesta social, y no
para proteger a la ciudadanía.
[1]
El motivo fue que el alcalde no
quería que una movilización estudiantil empañara el informe que daba su esposa,
que encabezaba a la institución encargada de atender a la familia y la infancia
en dicho municipio, conocida como Desarrollo Integral de la Familia; y que
serviría para lanzar la candidatura de María de los Angeles para las elecciones
municipales del próximo año, según la versión de la PGR.
[2]
LA COORDINADORA ESTATAL DE TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN DE GUERRERO (CETEG),
TIENE TOMADAS YA 22 ALCALDÍAS, EN DEMANDA DE LA APARICIÓN DE LOS ESTUDIANTES (QUEMÓ
LAS INSTALACIONES DEL PALACIO DE GOBIERNO DE LA CAPITAL DEL ESTADO,
CHILPANCINGO, ASÍ COMO LAS DE LA PRESIDENCIA MUNICIPAL DE IGUALA); EL 22 DE
OCTUBRE SE REALIZÖ UN NUEVO PARO DE ACTIVIDADES EN VARIAS UNIVERSIDADES
PÚBLICAS EN DEMANDA DE LA APARICIÓN DE LOS ESTUDIANTES, Y OTRO ESTÁ CONVOCADO
PARA EL 5 DE NOVIEMBRE; EL MISMO 22 DE OCTUBRE SE REALIZÓ UNA MARCHA
MULTITUDINARIA EN LA CIUDAD DE MÉXICO EN DEMANDA DE LA APARICIÓN DE LOS
ESTUDIANTES, Y AL MENOS EN 9 ESTADOS DE LA REPÚBLICA SE HAN REALIZADO DIVERSAS
ACCIONES DE PROTESTA EN DEMANDA DE LA APARICIÓN DE LOS ESTUDIANTES.
[3]
TALES COMO AMNISTÍA INTERNACIONAL, HUMAN RIGHTS WATCH, LA COMISIÓN
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS (QUE YA ES COADYUVANTE EN LA INVESTIGACIÓN
DEL CASO) Y APENAS EL 22 DE OCTUBRE, EL PARLAMENTO EUROPEO APROBÓ UNA
RESOLUCIÓN EN LA QUE CONDENA LA DESAPARICIÓN DE LOS ESTUDIANTES Y SEÑALA QUE
DEBEN APARECER SANOS Y SALVOS, CON 495 VOTOS A FAVOR, 86 EN CONTRA Y 56
ABSTENCIONES. LOS REPRESENTANTES DEL GOBIERNO MEXICANO SE PRESENTARON ANTE LA
CIDH EL 30 DE OCTUBRE PARA AFIRMAR QUE SE SEGUIRÁN LAS INVESTIGACIONES EN EL
CASO AYOTZINAPA HASTA ENCONTRAR A LOS ESTUDIANTES, Y PARA SOLICITAR LA AYUDA DE
ESTA INSTANCIA INTERNACIONAL EN ESTA TAREA. LA CASA BLANCA VOLVIÓ A MANIFESTAR
SU “PREOCUPACIÓN” POR LA DESAPARICIÓN DE LOS ESTUDIANTES Y URGIÓ A DAR CON SU
PARADERO.
[4]
Este gobernador ha
tenido una actuación desafortunada en estos días (poniéndose “a las órdenes” de
Peña Nieto, señalando que los estudiantes desaparecidos podrían tener algún
nexo con organizaciones rivales de narcotraficantes; o comentando que en caso
de que estén retenidos aún por narcotraficantes, él se propone como “mediador”
para dejarlos libres), todo lo cual ha generado gran irritación y desconfianza
en los padres de los estudiantes, por lo que han solicitado que el gobernador
no participe en las reuniones que se tengan con autoridades federales.
[5]
EL JUEVES 30 DE OCTUBRE SIETE TRI-ATLETAS MEXICANOS FUERON SECUESTRADOS EN LAS
CERCANÍAS DE LA CIUDAD DE MÉXICO, CUANDO ENTRENABAN EN SUS BICICLETAS. SUS
FAMILIARES TUVIERON QUE PAGAR 250 MIL PESOS PARA QUE LOS LIBERARAN AYER. LA
ZONA DONDE FUERON SECUESTRADOS (CERRO DEL AJUSCO) ES MUY FRECUENTADA POR
CIENTOS DE FAMILIAS MEXICANAS LOS FINES DE SEMANA.
EN MATAMOROS, TAMAULIPAS,
DESAPARECIERON TRES CIUDADANOS ESTADOUNIDENSES Y UNO MÁS MEXICANO, DESPUÉS DE
QUE FUERON DETENIDOS POR UN GRUPO DE LA POLICÍA LOCAL (DENOMINADO HÉRCULES,
FORMADO POR EX MARINOS Y EX MILITARES), Y EL 29 DE OCTUBRE FUERON ENCONTRADOS
SUS CADÁVERES.
[6]
Ahora el Banco de México se dice preocupado por los efectos que “los
movimientos sociales” puedan tener en la actividad productiva. Pero no se
preocupa por la inseguridad y la violencia contra la población, con lo que
refleja su desprecio por la ciudadanía.
[7]
Apenas el 12 de octubre, en la carretera
que comunica Acapulco y la ciudad de México, un grupo de policías estatales de
Guerrero, supuestamente encargado de combatir los secuestros, atacó a balazos a
una camioneta en donde iban estudiantes de la Universidad Chapingo (dedicada a entrenar
ingenieros agropecuarios) y dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey, uno
de ellos de origen alemán, resultando herido este último, por lo que 20 de los
policías están bajo investigación, y todos los embajadores de la Unión Europea
han exigido una investigación a fondo de este hecho.
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